29 de abril de 2009

El juego dramático


Según Juan Cervera[1], el juego dramático puede ser entendido como aquella actividad lúdica en la cual los niños se dedican colectivamente para reproducir acciones que le son tan conocidas que las convierten en la trama del juego. Los niños admiten sin saberlo las convenciones dramáticas. Se reparten papeles, crean espacios dramáticos correspondientes y todo lo demás.
El autor aclara, por otra parte, que el juego dramático conscientemente preparado con vistas a su representación ante el público pasa a convertirse ya en teatro y es identificable con el juego escénico.
En tanto, según Eines y Mantovani, el juego dramático tiene seis finalidades, a saber:
1. Expresión como comunicación: Que logre expresar y comunicar mediante la representación.
2. Paso por todos los roles técnicos teatrales (autor, actor, escenógrafo y espectador)
3. Diferenciar la ficción de la realidad
4. Permanecer en el personaje: Cuando un niño opta por un personaje específico no solo se le debe permitir que permanezca en él, sino que hay que orientar y estimular esa permanencia.
5. Desarrollo de la posibilidad de adaptación: Fomentar el ajuste de comportamiento que hay que realizar para sortear la aparición de un obstáculo que se interpone en el camino.
6. Combate de estereotipos tales como los siguientes: el líder, el ritualista (que siempre quiere jugar a lo mismo) el introvertido, el parcialista (que evita la relación con aquellos que no conoce), el gracioso, el quejoso, el destructivo. El profesor siempre intentara la integración de todos y destruir esos estereotipos.

Los autores establecen, en relación al juego dramático, una serie de pautas a tener en cuenta por el profesor para su desarrollo en clase. Estas pautas son:
1. Partir de lo espontáneo teniendo en cuenta lo evolutivo: El profesor podrá cumplir con los objetivos previstos en la medida en que comprenda las necesidades de sus alumnos y las tome como base para la planificación de las clases.
2. Estimular motivacionalmente: recursos que utiliza el profesor para motivara alo alumnos durante el transcurso de la clase.
3. Trabajo dirigido hacia la planificación: La actividad esta centralmente dirigida a que el alumno sea quien proponga y elabore las pautas de trabajo. Que este se dirija hacia la planificación no invalida la planificación previa del profesor.
4. Trabajo libre con planificación: La planificación refuerza el criterio de libertad en la tarea.
5. Nivelación de conocimientos por intercambios: Los procesos de aprendizaje están muy influidos por los factores sociales y por la dinámica grupal. Por tanto un profesor de dramática debe fomentar la cooperación y desalentarla competición, debe lograr que los niños se sientan pertenecientes al grupo y debe evitar que se marginen aquellos que presentan mayores problemas en el terreno de la expresión. Para un buen trabajo en grupo se necesita un clima propicio y una buena cohesión del grupo.

[1] Cómo practicar la dramatización con niños de 4 a 14 años. Pág. 24

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